Todos nos sentimos paralizados en algún momento. No nos surgen las ideas, experimentamos bloqueos, nos ponemos nerviosos si hay presión para la entrega, y empeoramos la situación. Puede ocurrir de pronto. Un día, después de parir una solución tras otra, sin avisar, uno se estrella contra un muro de silencio en su cerebro.

Las soft skills se han convertido en los activos más buscados por los profesionales de la selección de personal, por encima, incluso, de las habilidades técnicas y de la experiencia laboral. Las soft skills pueden definirse como “habilidades de comportamiento”, un conjunto de habilidades interpersonales, situacionales y emocionales que ayudan a la empresa y a sus equipos humanos a enfrentarse a la complejidad y a la imprevisibilidad del mundo que les rodea.

Entramos en una fase en la que entre todos estamos intentando descifrar la nueva complejidad, la nueva normalidad que está esperando ahí fuera para recibirnos cuando salgamos de este confinamiento. La construimos entre todos porque no hay persona en el mundo con la suficiente sabiduría y conocimiento para hacerlo sola.

La motivación es el principal motor de la creatividad y la innovación en las organizaciones, la mayoría de los autores coinciden en esto.

Gary HamelLa pasión, uno de los principales gurús del management, lo expresa en numerosas ocasiones, “La pasión por resolver problemas es lo que crea el potencial para obtener resultados extraordinarios”.

Los estudios de creatividad han enfocado la misma desde diferentes perspectivas: desde el individuo y sus rasgos de personalidad, desde la organizaciones, desde el producto creativo, como proceso cognitivo, como mecanismo inconsciente, etc.