El propionato de ácido graso de cadena corta aumenta la producción de glucagón y FABP4, lo que altera la acción de la insulina en ratones y humanos.
Un reciente estudio publicado en la revista Science Translational Medicine reveló que un conservante ampliamente utilizado en productos horneados, comida para animales y saborizantes artificiales podría desencadenar respuestas metabólicas vinculadas con la obesidad y la diabetes.