Seamos realistas, simplemente porque se dió una ducha por la mañana y no huele, no significa que el traje o ropa que llevaba en el metro, en el banco, en el trabajo, en el gimnasio o en una cita para cenar esté limpia. Podemos decirle que total seguridad que su ropa está francamente sucia. Antes de pensar en ponerse sobre su cama o su sofá sin cambiarse y ponerse el pijama (o, al menos, una camiseta y unos pantalones cortos), he aquí algunas consecuencias potenciales que puede tener no desprenderse de la ropa de la calle en cuanto entra en su casa.