Somos irracionales, también en las cuentas domésticas. Cómo ponerles cabeza con gestos pequeños.
Por más que usted intente acometer situaciones llevando a la práctica lo que considera la “decisión correcta”, es probable que una y otra vez acabe equivocándose. No solo en el amor, el trabajo, y las relaciones sociales sino, también, y mal que le pese, en asuntos monetarios. Como explica Lluis Martínez-Ribes, profesor de marketing en ESADE y especialista en neuromarketing, "algunos descubrimientos recientes, especialmente en neurociencia, han demostrado que la gran parte de nuestras decisiones —aproximadamente entre el 85 y el 95%— se toman en una parte del cerebro que opera de forma no-consciente".