La llamada izquierda parlamentaria en España y, parece ser, en toda Europa, así como los movimientos u organizaciones sociales conocidas anteriormente como “movimiento antiglobalización”, han asumido e interiorizado el discurso dominante de tal forma que no podemos esperar nada productivo y revolucionario de ninguno de ellos...(con algunas admirables excepciones, pero de muy poca o nula repercusión social y mediática).