Muchas personas que tienen problemas o sufren, por diversas circunstancias, creen que lo suyo no tiene arreglo, que el problema son ellos, que no hay nada que hacer, etc. Sus creencias les hacen pensar que no se pueden levantar del hoyo en el que están, que en ellos no hay nada valioso, e incluso llegan a sentir hostilidad hacia quién quiere mostrarles todo su potencial.