Hasta para el más neurasténicamente optimista es evidente que la violencia, la corrupción, la avaricia y el odio son los más destructivos y desoladores jinetes del Apocalipsis. Esta no es una época espiritual, aunque algunas mentes, las menos, aspiren a ello. Es una época, como dicen los hindúes, de agresividad y desamor, donde hay bellas orquídeas entre grandes campos de plantas venenosas. Es la época denominada por los hindúes Kali-yuga. Una época de sangre, de espanto, de desigualdades crecientes y de resquebrajamiento incluso de las instituciones que parecían más sagradas.