El derecho a la educación oscila entre la penuria y el privilegio. Para muchos, la educación es la oportunidad de vivir una vida en libertad y de cortar con los obstáculos socioeconómicos, en suma, de transformar la propia realidad. Para otros, la educación es una coyuntura para ampliar los propios horizontes a través de la formación cultural y/o científica y para alimentar la curiosidad por la vida, mientras que para todos, sin excepción, la educación determina los personajes en los que nos vamos a convertir.