Un estudio señala que, a medida que nos hacemos mayores, perdemos interés por los detalles externos y nos centramos más en el interior. La aparente pérdida de capacidad de memoria producida por la edad podría ser simplemente debida a un cambio de enfoque de la actividad cerebral, según un estudio canadiense. En la mediana edad, las personas empiezan a centrarse más en el interior, y menos en los detalles externos.